jueves, 27 de enero de 2011

"Quillo, noz vamo a quedá zin ir a la finá"

Ayer, presenciamos una "canallada" más del periódico deportivo más leído de España. El periodismo deportivo en España esta llegando a unos puntos insospechados , sobre todo con la ayuda y el consentimiento de los directores de todos estos periódicos, bien madrileños y bien catalanes. No se dan cuenta de la responsabilidad que tienen, de que sus comentarios pueden crear una atmósfera de crispación entre hinchas de diferentes equipos.


La imparcialidad de los "análisis" de los partidos lo podemos comprobar todos los días, pero está vez, seguramente llevándose por la rabia que el periodista tiene hacia el Sevilla, ha faltado el respeto, no solo a una hinchada, sino a una Comunidad Autónoma y una cultira entera. 


A favor del diario Marca hay que decir, que después de ver la repercusión mediática que esta "opinión" tuvo en la red (trending topic en twiter, 95% de votos negativos en la noticia, numerosas criticas en el FB de El Partido de Las 12...), la retiró, primero de la portada y luego de la web. El periodista de la pólemica esta vez fue Roberto Palomar.


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" Y aparte de vídeos y tirar botellas, ¿saben hacer algo más?


Las grandes remontadas o las salidas en tromba se han sustendado, básicamente, en un buen juego o en un componente anímico de tal calibre que supere todo lo anterior. Parecía que el Sevilla iba a hacer acopio de una de las dos cosas o de ambas. Despues de ver el vídeo famoso, uno esperaba a Brasil del 70 jugando en el Bernabéu de las grandes noches europeas.


Ni una cosa ni la otra. Al Sevilla le faltó fútbol y jugó por encima de las revoluciones recomendadas por el fabricante. Puede que el ridículo vídeo tenga su parte de culpa. Puede que el Sevilla, simplemente, no dé más de sí y tenga que ayudarse de las nuevas tecnologías para fardar más de lo que debe.


El Madrid cogió su velocidad de crucero. Una obrilla de arte de Benzemá le ayudó a hacer un partido serio, sin ningún alarde estético pero con el punto de tensión necesario como para verse en la final.


Por el camino, un gol fantasma. Más fantasma que nunca. Ni el ojo humano ni el ojo de halcón pueden discernir con absoluta exactitud si el balón entró. Fermín, el del banderín, le echó un par de testículos y desmontó las teorías conspiratorias de Mourinho. Los árbitros pitan lo que ven. Y lo que no ven, no lo pitan.


Y ahora, ese empleado del Sevilla a quien Del Nido ha subido el sueldo por espabilado y original, puede hacer otro vídeo con lo del gol. Si no encuenta una frase en portugués para su brillante final, aquí tiene una sugerencia: "Quillo, noz vamo a quedá zin ir a la finá". Y si no le inspira lo del gol, siempre puede encontrar un buen argumento en los botellazos a Casillas.


26.01.2011

Por cierto, detestable y condenable que un par de estúpidos ensuciaran lo que ayer era una gran fiesta del fútbol.


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